sábado, 9 de febrero de 2013

Primera contradicción

Mi nombre no tiene nada que ver conmigo. No es quien soy. Me fue dado antes de que yo naciera; mucho antes de que nadie pudiera observarme, conocerme o decidirme. Bueno, decidirme pudieron. El nombre que me decidieron habla de triunfo y de fuerza, de ambición y de mérito.

Demérito. Yo no soy ésa.; soy Circe Lejana.

Soy Circe Lejana porque conozco mi violencia. Se desliza como humo entre las grietas de mi pensamiento. Resiento los cuchillos pero puedo matar de un tiro, me gustan la distancia y la sutileza.

Como todos los nombres, el mío me sostiene. Quizá más que todos los nombres; yo misma me adueñé de él. Me sostiene desde la yema de sus dedos blandos y blancos. Todo lo que sostiene, también vigila y acecha.

Me llamo Circe porque mi naturaleza es inconfundible. Lejana, porque me reclama.

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