Quizá las palabras sean un desagote del corazón, inundado por emociones que empujan sus elásticas paredes hacia fuera;
Tal vez necesitamos un interlocutor imaginario;
Quizá sólo es necesario, una vez más, dar lugar al recuerdo ("recordar", del latín recordāri, derivado de re (de nuevo) y cordis (corazón), es decir: "volver a pasar por el corazón").
Quién sabe.
Tal vez, si nuestro silencio se llenara de imágenes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario